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Categoría: Historia
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Me ha emocionado una llamada de un vecino que me hacía llegar su deseo de denunciar el atropello del que ha sido objeto. Le pregunté por el problema y me sorprendió porque era una denuncia en contra de un municipio opresor. Me comentaba que se sentía muy mal porque su padre había sido uno de los que recibieron, en propias carnes, la injusticia de la persecución y las represalias por querer defender al Municipio de San Lorenzo. Me decía, muy seguro, que su municipio había sido robado y él muy perjudicado durante muchísimos años.

Le dije que estaba en su derecho de hacer una denuncia porque los hechos que dieron como resultado la anexión a la Ciudad fueron un conjunto de despropósitos que atentaban contra la legalidad vigente en aquel entonces. Me dijo que había leído mis libros y que ello le había animado a dar el paso de denunciar aquellos bárbaros hechos que llevaron, entre otras injusticias, al fusilamiento de nuestros representantes políticos.

 

Se quejaba de la dejación de la que hemos sido objeto durante muchos años y está  en posesión de la verdad más absoluta. Todo ello me llevó a elaborar este escrito que sólo pretende despertar conciencias y ello es sólo posible desde el conocimiento de nuestra historia y de los hechos que sucedieron para beneficiar a unos pocos poderosos.

Esta semana bajando por Tenoya me percataba de que algunas calles, incluso alguna de las que dan a la carretera general, se encontraban en mal estado y sin asfaltar, seguían los callejones sin adecentar y también me llamó la atención que muchos niños y niñas, desde las siete de la mañana o antes, se tienen que poner en las paradas de la guagua porque en este pueblo milenario no existe un instituto de secundaria. Escribo lo de Tenoya por poner un ejemplo del abandono y la desidia hacia nuestros pueblos y barrios de San Lorenzo. Podría escribir sobre el abandono de Siete Puertas y su rico entorno, de diferentes zonas del pueblo de San Lorenzo o de Tamaraceite y así seguiríamos con múltiples denuncias que hacen que nuestro territorio sea una zona de segunda para los políticos de la Capital.

Actualmente estamos en manos de un municipio que es intruso, con la legalidad y la verdad histórica en la mano, y yo me pregunto si tuviéramos nuestro propio municipio, que nos pertenece por ley, ¿no estaríamos mejor atendidos desde la cercanía? ¿nuestros políticos o representantes serían más dados a resolver nuestros problemas? La respuesta es un SÍ con mayúscula.

Los vecinos y vecinas de nuestro Municipio que desearan jugar un papel político y social, en pro del bienestar de los ciudadanos de la zona, no serían representantes de última fila y pasarían a desempeñar funciones más importantes, acordes a su valía personal. No estaríamos a expensas de migajas y con nuestros impuestos, con las aportaciones de la Comunidad Europea y lo que nos corresponde como Municipio independiente podríamos tener a nuestros vecinos y vecinas más contentos y felices, que es lo verdaderamente importante: el bienestar social y no el colocar a los que sólo desean el bien personal.

El político y el representante vecinal debe ser una persona que piensa en los demás y no en su propio beneficio y gente de esas características seguro que abundan en nuestra Jurisdicción. Debemos hacer presión y confiar en aquellos y aquellas que desean aportar bienestar colectivo porque es la única manera de que nuestro territorio no se vea lleno de cemento especulador y sí podamos disfrutar de espacios verdes, de zonas de recreo, de centros para mayores, de locales sociales, de entornos saludables, de espacios destinados a nuestros jóvenes, de cultura adecuada, de salas de exposiciones, de empresarios que apuesten por nuestro entorno y den empleo a nuestros vecinos y vecinas, de la mejora social, en suma, que precisamos. Todo ello, y más, es posible desde la cercanía de un gobierno municipal solidario y cercano a todas y todos los que vivimos en esta Jurisdicción.

                                                                   Juan Francisco Santana Domínguez